Mauricio Fernández no podía estar más contento el sábado.No sólo prestaba juramento como alcalde de San Pedro Garza García, población de la zona conurbada de Monterrey y una de las de mayores ingresos del norte de México, sino que también tenía grandes noticias que anunciarles a sus simpatizantes.
“Por cierto, ahorita me acaban de informar que el Negro Saldaña, que aparentemente es el que estaba pidiendo mi cabeza, hoy amaneció muerto en el Distrito Federal”, dijo.
El único problema fue que el cadáver de Héctor Saldaña, descalzo y con los ojos vendados, apareció tres horas y media más tarde, según los fiscales de la ciudad de México. El cuerpo, hallado junto a los de otros tres hombres, fue identificado dos días después.
El alcalde Fernández enfrenta duras preguntas sobre la muerte de Saldaña. ¿Cómo se enteró de que su enemigo declarado estaba muerto antes que las autoridades?
La respuesta inicial del alcalde en una serie de entrevistas ha sido que “a veces se dan coincidencias en la vida; mejor verlo así””.
Fuente: Diario Yucatán
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