Medio centenar de indígenas de la amazonia ecuatoriana se sintieron conmovidos tras observar el viernes la película Avatar, que tiene un trasfondo de defensa de la naturaleza ante la desmedida avaricia humana.
El presidente de la federación ashuar, Luis Vargas, que lucía un tocado de plumas dijo que "las petroleras creen que el gobierno es dueño de todo, pero nosotros creemos que somos nosotros (los dueños), nuestros ancestros", mientras a su lado Atal Entun dijo que "esta película es algo similar a lo que vivimos, pero para nosotros no es algo nuevo".
Ante la consulta de si las compañías son así de malas, otro indígena, Marlon Santi, respondió que "sí, así son" en referencia a que en esa zona de la amazonia se registran constantes divergencias entre indígenas y empresas transnacionales petroleras, incluso la comunidad Sarayacu se ha negado por años ha permitir el acceso de esas empresas.
Los indígenas shuar, ashuar y quichuas llegaron desde pequeños poblados en medio de la selva, ubicados en la provincia de Pastaza, y otros pocos de Chimborazo. Para la mayoría era la primera vez que observaban una película y más aún en tercera dimensión.
Cuando inició la proyección de Avatar, en una elegante sala de cine del norte capitalino, se oyó una unánime exclamación.
La experiencia fue propiciada por la fundación ecologista Pachamama, que los apoya en su lucha contra la explotación petrolera.
Natalia Gerente, de esa fundación, afirmó que "los indígenas saben de la riqueza bajo tierra, pero saben que la riqueza de la superficie es mayor".
Avatar trata de un soldado blanco, mentalmente vinculado al cuerpo de un extraterrestre, que es liberado en el planeta Pandora con la misión de lograr que místicos habitantes y amantes de la naturaleza permitan a los humanos explotar sus tierras en busca de un valioso mineral.
La indígena shuar Mayra Vera, de 24 años, comentó que "así como en la película, nosotros vamos a defender nuestro territorio".
Esmas.com
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